Etimologia:

Diego le jura lealtad al Duque de Asturias, pero antes protege Iguña y Campoo de Enmedio. En el año de 751 d.C, en Arenas de Iguña, en el río Besaya sobre el puente planta su valegón; y con un gran «ijujú» [1] llama la atención de los moros que hacían sitio en un hondón y dice: «Yo Soy aquel que vedo a los Moros que no entrasen y que de aquí no pasasen, pues así lo mando yo».

Leyenda que rodea el Blason de este caballero

 

Origen:

El origen de este linaje es Cantabro, Diego González y Udriosola de Iguña (Aracillum, cercanías de Reinosa, 704 – Arenas de Iguña, 14 de julio de 773), conocido también como Diego González de Iguña, Diego González de Quevedo, Diego G. de Quevedo, «El Quevedo» y «El Quoevedeus»

 su más antiguo solar, o casa solariega del apellido Quevedo radicó en la villa de Pie de Concha, en la provincia de Santander, lugar de donde partieron las distintas ramas que se conocen y que se extendieron por diversos lugares de España.

Uno de sus eminentes varones fue don Francisco de Quevedo y Villegas, que vistió el hábito de Santiago y fue señor de la Torre de Juan Abad, nacido en Madrid en 1.580 y fallecido en Villanueva de los Infantes en 1.645. Celebrado escritor no estuvo ajeno a los avatares de la política y así a la caída de su protector, el duque de Osuna, estuvo desterrado en su señorío de la Torre de Juan Abad, (Ciudad Real), y años más tarde se atrajo la enemistad del todopoderoso conde-duque de Olivares quien ordenó su encarcelamiento en el convento de San Marcos. El apellido Quevedo se halla más extendido en la zona centro de España, siendo prácticamente desconocido en Cataluña y todo el Norte de la Península Ibérica.

Armas:

Terciado en palo; 1.° de azur, con tres flores de lis de oro puestas en palo; 2.°, de plata, una caldera de sable y 3°, también de plata, un pendón de gules.