del verbo
latino molinum, En realidad molinum era una
adjetivación de la muela o gran piedra
giratoria moledera de los molinos, que en
latín se llamaba sarum molinum (roca o piedra
moledera).
Origen:
proviene
de la antigua familia portadora de este
apellido quienes tuvieron su casa solar en la
villa de Ortigosa de Cameros, del partido
judicial de Torrecilla de Cameros (Logroño), y
de ella fue Juan del Molino, vecino de
Ortigosa de Cameros, que vivió desde 1550 a
1600 y casó dos veces; la primera, con doña
María Sánchez de Almarza, y la con Doña
Francisca Mateos. Del primer enlace nació Juan
del Molina y Sánchez de Almarza, que forma la
línea primera, y Francisco del Molina y
Mateos, progenitor de la línea segunda. Juan
del Molino y Sánchez de Almarza fue natural y
vecino de Ortigosa de Cameros, y contrajo
matrimonio el 26 de Julio de 1611, con doña
Juana de San naciendo de esta unión Miguel del
Molino y San Martín, natural y vecino de
Ortigosa de Cameros, que el 14 de Mayo de 1673
casó con Doña María Fernández, en la que tuvo
a Miguel del Molino y Fernández, natural y
vecino de Ortigosa de Cameros, que el 21 de
Septiembre de 1706 celebró su enlace con doña
Maria Pérez, a la que hizo madre de Marcos del
Molino y Pérez, natural y vecino de Ortigosa
de Cameros, que el 29 de Julio de 1748 se unió
en matrimonio con doña Ana Andrés,
y
procrearon a Juan José del Molino Andrés, y
Miguel del Molino Andrés. Estos dos hermanos
fueron vecinos de la villa de Bermellar, del
partido judicial de Vitigudino (Salamanca), y
en 1802 obtuvieron Real provisión de hidalguía
en la Cancillería de Valladolid. Francisco del
Molino y Mateos, fue vecino de Pradilla de
Cameros, y en 1619 casó con doña Marina de la
Riva.
Tras el
descubrimiento del Nuevo Mundo, muchos fueron
los hombres y mujeres que cruzaron el
Atlántico en busca de un nuevo horizonte y en
concreto el linaje Molino, quienes extendieron
su noble apellido por el nuevo mundo.